Los requerimientos energéticos de una instalación pueden variar en función de muchas variables, temperaturas exteriores, niveles de ocupación, temperaturas de consigna. Cuando existen variables como las anteriores que pueden ser muy cambiantes, el sistema se encarga de gestionar todo, podrá adaptar su funcionamiento a los requerimientos del resto de elementos siendo mucho más eficiente. Por ejemplo, en salas de calderas es posible controlar la regulación de la caldera/s, agua caliente, elementos secundarios, bombas, válvulas, termostatos, sondas, etc. y adapta sus parámetros de funcionamiento a las señales recibidas del resto de componentes de la instalación.
Las instalaciones pueden ser muy simples, con un único circuito de distribución o muy complejas, con múltiples circuitos, con controles de bombas de secundario, control de diferentes temperaturas según el circuito o zona, modulación de la potencia de las calderas según la demanda real del edificio, válvulas de sectorización e incluso integración con otros sistemas, todo ello puede ser gestionado por la regulación del sistema o mediante regulaciones externas.